-¿Recuerdas aquellos felices años en que podías mirar la vida con desenfado total?-, es como si los días en la niñéz tuvieran algo de magia, era maravilloso que mientras eras niño observabas al mundo descubriendo cada detalle con asombro, era fácil apreciar los detalles bellos de la vida, al crecer nos enseñan a poner atención a las cosas destructivas, en fin el punto es que durante esa tan linda época muchos de sus grandes momentos son compartidos con tus amigos, aquellos amigos que solo en la etapa del crecer puedes llegar a tener.
Les voy a contar algunos momentos que ahora estan viniendo a mi memoria de aquellos días, esto solo para darme el gusto de volverlos a vivír.
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"Un lugar inadecuado para morir".- No sé cuantos años tendría, ni la temporada del año, lo que si puedo recordar bien es lo común que eran por esos días los gritos de mi vecina regañando a Memo, un amigo con quien compartí mas de alguna aventura y que vaya si tenía la suma facilidad de ponerle los pelos de punta a su Madre. Era común escuchar algo así como ¡Guillermooo! ¡hijo de la ch... te voy a dar tus ma...! en fin cosas normales en la vida del buen Memo y en la de todos los vecinos de la colonia ya que nos llegamos a conocer perfectamente.Siendo un día como muchos mi amigo de aventuras y Yo nos disponíamos a disfrutar de un agradable día de juegos y deporte, seguramente eran vacaciones recuerdo bien que pase por El para salir con rumbo a nuestro destino, seguramente algún campo de futbol o alguna cancha de basketball o simplemente para irnos a casa de otro compañero de la cuadra, esos detalles no vienen a mi memoria ahora...
-¡Guillermo a donde vas!- gritó su Mamá con mucha molestia.
-Ahorita regreso- respuesta inmediata empujandome a la salida con urgencia.
-¡No vas a ningún lado hasta que no hayas tirado ese animal te lo dije desde anoche!
-¿Cuál animal pregunte curiosamente?-
Fué entonces que me platicó al tiempo que me lo mostraba que durante la madrugada su perro que se encontraba enfermo literalmente había estirado la pata, y efectivamente la había estirado se encontraba tirado debajo de la vitrina del comedor de lado y con las patas completamente estiradas; por supuesto que cometí el error de ofrecer mi ayuda para ir a tirar al animal a alguna parte o enterrarlo y digo que fué un error por que el cuerpo del perro estaba completamente tieso bajo la vitrina detrás de una de las patas traseras era imposible sacarlo de un solo movimiento y comenzamos a forzejear con el cadaver...lo jalabamos para un lado y lo jalabamos para el otro, y como era de esperarse Memo se comenzó a poner furioso, eso le sucedía siempre que realizaba una instrucción de su Madre a regañadientes.
-¡Uta Madre pin... perro! gritaba furioso dandole de patadas al pobre muerto.
Ese tipo de escenas para mí eran de lo más graciosas, son de esos momentos que te ríes de tu amigo, te ríes de nervios y te ríes de desesperación ya que no sabes como terminará todo y tampoco tienes el valor de hacer acto de escapatoria como vas a dejar a tu amigo en tal situación. La vitrina era muy pesada para moverla y corriamos el riesgo de romper algun utensilio caro de su interior, Guillermo desesperado y furioso fué hacía la cocina por un cuchillo, su plan: descuertizar al perro que verdadera locura y que de carcajadas me dió, después de discutir un rato finalmente tomamos una sabia descisión...le sacamos algunas cosas a la vitrina y logramos moverla un poco por fin pudimos sacar al frío perro, el perro que se puso tieso en un lugar inadecuado.
